TERAPIAS
MASAJE AYURVEDICO CORRECTIVO PROFUNDO (M.A.C.P.)
La energía vital o prana, circula por una complejísima red de tubos o canales de materia sutil que reciben el nombre de nadis y que nosotros denominamos “líneas de energía”. Pero además de circular por estos nadis, la energía pránica se acumula en unas estaciones o depósitos a los que se le da el nombre de “chakras” (“ruedas” en sánscrito), constituyendo verdaderos acumuladores, transformadores y distribuidores de energía.
Estos centros son los puntos de contacto de las estructuras sutiles con el cuerpo físico, por lo que son también verdaderos centros de conciencia, y que la medicina clásica ha homologado con los plexos nerviosos del Gran Simpático.
Según el Yoga, hay siete centros de energía principales distribuidos a lo largo de la columna vertebral que se comportan como una unidad funcional. Cada chakra comprende un grupo de órganos, una glándula endocrina y un sector muscular coordinados por una porción del sistema nervioso central y un plexo del sistema neurovegetativo.
La distribución de energía depende de estos “centros” cuyos modos de funcionar hará que predominen determinadas funciones fisiológicas y determinadas cualidades psíquicas, condicionando nuestra manera particular de sentir, de actuar y de relacionarnos.
A través del masaje del Sistema de Centros de Energía, buscamos disolver las contracturas y tensiones crónicas de la musculatura profunda; recuperando la flexibilidad y la elasticidad del tono muscular, y restableciendo la circulación sanguínea y energética.
Durante este proceso se van integrando a la conciencia espacios internos y partes del cuerpo, que hasta ahora solo registrábamos cuando aparecía un dolor o enfermedad. El terapeuta realiza una lectura de la postura corporal global del paciente, y observa los bloqueos y cortes energéticos, zonas desvitalizadas o sobrecargadas; así como las compensaciones y modos de sostenerse de cada uno.
El M.A.C.P no es una actividad mecánica sobre un ser pasivo sino un diálogo. El ritmo de trabajo es determinado por el paciente, o sea, el Terapeuta respeta las resistencias siempre atento a la concesión del paciente para adentrarse en las capas musculares mas profundas. Hay un masaje específico para cada parte del cuerpo, así como diferentes técnicas: despegado en pequeños tramos, trabajo de planos, elongación, circulatorio, amasado, y de apertura de las “Líneas de Energía”.
Tantos años de experiencia han demostrado la eficacia del M.A.C.P en el tratamiento de: las disfunciones de origen postural y problemas derivados del la rigidez y el acortamiento de los músculos paravertebrales, origen de: lordosis, cifosis, escoliosis, lumbalgias, ciática, protrusión y hernias de disco.
Migrañas, dolor y mareos de origen cervical; artrosis. Dolor de pies: pie plano, exceso de arco plantar, juanete; rodillas en valgo y problemas de meniscos.
Del estrés y sus derivados: insomnio, ansiedad, angustia, depresión, úlcera, dolor de estómago.
En nuestro sistema aplicamos varios tipos de masaje que cumplen distintos objetivos, según las necesidades de cada persona que lo solicite. En primer lugar, el masaje se utiliza como complemento del movimiento, para intervenir sobre las capas profundas de la musculatura y las articulaciones más rígidas, que no se pueden activar y liberar sólo a través de la gimnasia.
La principal función de nuestro masaje (M.A.C.P.) es producir cambios en la postura corporal, restablecer la circulación de energía en zonas desvitalizadas o con contracturas y tensiones musculares crónicas, y devolverle al músculo su flexibilidad y elasticidad natural. Estos cambios, además de beneficiarnos físicamente, producen un cambio en nuestro modo de estar, de sentir y de relacionarnos con las personas y con la vida.
Hemos desarrollado una técnica de masaje y movimiento integral para dar solución a muchos de estos problemas, sin perder de vista que el origen de muchas de estas patologías está en el estrés, en la falta de tiempo para divertirse, relajarse y gozar de la vida.