TERAPIAS


BOTANICA

Las plantas medicinales contienen ciertos principios activos. Estos principios son sustancias que las plantas sintetizan y almacenan en el curso de su crecimiento a través de los procesos metabólicos.

No todas estas sustancias tienen un valor medicinal directamente aprovechable. En todas las plantas medicinales están presentes al mismo tiempo principios activos y sustancias indiferentes (llamadas también de lastre). Estas últimas determinan la eficacia medicinal del producto vegetal, dependiendo de si acelera o hace más lenta la absorción de los principios activos.

El contenido de principios activos de una misma especie puede variar de ejemplar en ejemplar, dependiendo de la región donde crece y de las características del suelo en cada lugar específico. Entre otros factores, también pueden influir el clima, el régimen de lluvias y la contaminación ambiental.

Sin embargo es preciso advertir que en algunas plantas están presentes ciertos principios activos, algunos de naturaleza tóxica, que pueden llegar a ser mortales por su uso inadecuado, y otros que pueden causar efectos indeseables y, por ello, el uso casero de plantas medicinales debe hacerse con el pleno conocimiento de la inocuidad y eficacia de las mismas, así como del modo adecuado de preparación y dosificación, y de la frecuencia y duración adecuada de los tratamientos, para que éstos produzcan los efectos deseados.

El conjunto de componentes presentes en la parte usada de una planta medicinal son los que determinan sus propiedades terapéuticas, y no cada principio activo individual, por lo cual, en la mayoría de los casos no vale la pena aislar los componentes para usarlos por separado.

Incluso, se da el caso para algunas especies que pueden actuar terapéuticamente no sólo por contacto directo o por ingestión, sino que pueden ejercer su efecto a través del aroma que despiden u otro tipo de emanaciones.

Finalmente, es preciso acotar que la mayor parte de la información que disponemos sobre la farmacología botánica proviene de los estudios realizados en otras latitudes, pero que nos pueden servir de guía para el conocimiento de las plantas obtenibles en nuestra localidad o zona tropical como es Sur América.

Las plantas medicinales, junto con la acupuntura, son un pilar fundamental de la medicina tradicional china. Las primeras fórmulas Chinas documentadas datan del siglo III a.C. Los conocimientos sobre las hierbas chinas se han transmitido, pues, de generación en generación y se han ido experimentando durante cientos de años. La fitoterapia china clasifica cada planta según su energía, sabor, dirección y efectos específicos sobre uno de los cinco órganos básicos. Existen cuatro energías (frío, calor, tibieza y frescor), cinco sabores (ácido, amargo, dulce, picante y salado), dos direcciones (ascendente y descendente) y cuatro efectos (dispersar, consolidar, purgar y tonificar). El sabor ácido tiene una acción astringente que concentra el qi; el amargo ejerce un efecto eliminador que desplaza el qi hacia abajo; el dulce es nutriente y armonizador, ralentiza el qi; el picante estimula, acelera y eleva el qi; y el salado suaviza y disuelve el qi congelado. En función de estos parámetros se pueden elaborar fórmulas que actúen selectivamente sobre determinadas partes del cuerpo y penetren en uno u otro meridiano dependiendo de los síntomas que se desean combatir.